Empezamos la Semana Santa con un dulce muy típico de estas fiestas, aunque también de Cuaresma, las torrijas. Éstas, se creen que procede de las familias más humildes que, en las épocas en las que no se podía comer carne, mantenían a la familia bien alimentada, además de que así se aprovechaba el pan que se seguía elaborando pero que no se consumía tanto al no tener carne para acompañarlo.
Hoy, como no podía ser menos, las he hecho en casa, aunque poquitas, de una barra de pan que compramos hace unos 3 días... Y mirad el resultado:
Ingredientes:
- Una barra de pan, comprada algunos días antes
- 1 litro de leche
- 1 rama de canela
- 1 cucharadita de vainilla
- 250 g azúcar
- Huevo
- Aceite
- Azúcar y canela
Mientras se calienta, cortamos el pan en rebanadas de unos dos centímetros de grosor, quitando los picos. Las colocamos en una fuente en una sola capa y, cuando la leche haya dado un hervor, la colamos y vertemos la mitad por encima del pan, le damos la vuelta a las rebanadas y vertemos la otra mitad. Dejamos que éste absorba la leche hasta que se empapen y queden blanditas.
Batimos los huevos y calentamos abundante aceite en una sartén, preferentemente de oliva. Pasamos las rebanadas por el huevo batido y las freímos, reservándolas una vez fritas en una fuente con papel absorbente.
Por último, las rebozamos, cuando aún están calientes, por azúcar con canela.
Ya están listas para comer, tanto en caliente como frías.
¿Os apuntáis a esta merienda?
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